lunes, septiembre 19, 2011

No me mola Valinor


Posiblemente esta será la entrada más freaky que he escrito jamás... y me aventuro a determinar que también será el texto más freaky que haya escrito nadie en su vida en cien metros a la redonda de donde ahora se alojan mis posaderas. No aumento el radio porque gente “rara”  hay patadas.

Bueno, preámbulos fuera. Al turrón.

Sin duda todos conoceréis la saga de películas de “El señor de los anillos” (para los que no les suene les adelanto que no se refiere a M.A.Barracus del “Equipo A”, ni trata es de temática gay,… bueno, puede que un poco sí).  Son tres y sus títulos en orden cronológico los que siguen: 

“La comunidad del anillo” (casi tan problemática como una vecinos)

“Las dos torres” (nada que ver con el 11-S, ni el patrimonio de algunos políticos)

“El retorno del rey” (no va de las operaciones de Juan Carlos I de Borbón)

 Las películas están basadas en el libro “El señor de los anillos” escrita por J.R.R. Tolkien. La historia, de la que no  voy a hablar, que para eso está el libro (además es un libro gordo, ideal para aquellos que presumen de haber leído “Los pilares de la tierra” añadan otra pieza a su lista de grandes esfuerzos lectivos) o la adaptación cinematográfica (un tanto libre en algunos puntos), sucede en un mundo fantástico diseñado y ricamente adornado por el autor. Este mundo bebe mucho de la mitología nórdica y adopta a varios de sus seres mágicos.

Tolkien escribió previamente otros dos libros:

“El hobbit” (el mejor para comenzar a leer este autor, y no es un libro “tocho”) del cual pronto saldrá la película, aprovechando el tirón de las anteriores. Como “El señor de los anillos” es un libro de aventuras pero más ameno y ligerito.

“El silmarillion” es una colección de historias y cuentos que suceden en el mundo fantástico ideado por Tolkien y abarcan desde su creación hasta donde acaba “El señor de los anillos”. No es un libro fácil de leer y puede resultar algo confuso al comienzo y mucho al final por la gran cantidad de nombres, seres, lugares y épocas que aparecen. Aun así, yo recomiendo su lectura, sobre todo, si se ha leído previamente alguno de los otros dos. En mi opinión, algunos de estos cuentos darán, en un futuro no demasiado distante, su salto al cine. Muchos de los fanes más acérrimos de Tolkien creen que este libro es un “palo” y recuerdan su lectura como una gran gesta. Yo me lo leí dos veces y seguro que habrá una tercera, no obstante reconozco que la primera también me costó un poquillo. Es un libro muy rico.

Bueno, ya casi estamos situados donde puedo comenzar explicar de qué va esta entrada, como siempre he dado alguna vuelta más de las necesarias. Vamos allá. Agárrense los machos.

Varias historias de “El silmarillion” mencionan un lugar llamado Valinor, que es la tierra donde viven los valar  y altos elfos. No confundir con los elfos normales (o elfos de la Tierra Media, una gran región donde vivía la purria, entre ellos los humanos) estos son la élite de los elfos.

Los valar eran dioses, al modo de los dioses griegos o romanos, donde cada uno se encargaba de cuidar su tiesto y no intentaba mear fuera de él. Uno controlaba el viento, otro cuidaba el mar, había quien se preocupaba de la tierra, quien de la Naturaleza, etc,…. Fueron los constructores del mundo junto con otro valar caído en desgracia, Melkor, un chico muy malo que fue desterrado a vivir en zonas tenebrosas, pero a él la oscuridad le gustaba y formaba parte de su fuerza. El mozuelo salió rarito, discreto y muy resentido.

Los altos elfos son unos pijeras muy lindos ellos, muy preciosos, delgados, de cuerpos esculturales tirando a enclenques. Todo lo hacen bien y encima son inmortales en la medida en que no envejecen nunca. Al lado de los dioses parecen unos mediamierdas, pero respecto a los humanos, que eran algo brutotes, tienen innumerables ventajas y superioridad. Suelen ser trabajadores aunque bastante “snobs”. Unos auténticos creídos. Los Beckham podrían ser perfectamente altos elfos, si el paso  del tiempo no se fijase en ellos. ¿No sé si se ha notado, los altos elfos me dan un poquito de tirria?

Me estoy desviando. Valinor, la tierra de los valar y los altos elfos, estaba en Arda, el mundo, planeta o como se guste de llamar. Arda desde el principio de sus tiempos ha sufrido las pugnas del bien y el mal por imponerse, por poseerla y controlarla. El bien estaba identificado con la luz y la claridad, el mal con la oscuridad y las tinieblas. Varios han sido los inventos para iluminar los territorios e impedir el avance las criaturas oscuras, muy fotosensibles ellas. No voy describir todas las formas de alumbrado público que existieron, sólo una, aquella por la cual esta entrada tiene sentido. De verdad de la buena, os prometo que tiene sentido. Al menos, un poco.

Tras una dura batalla y perder los faros existentes, toda Arda quedo más oscura que la posibilidad de que Angelina Jolie me pida para salir y tener sexo salvaje mañana. Una de las diosas que habitaban el Valinor, plantó dos semillas sobre una colina y las regó con sus lágrimas. Allí nacieron dos preciosos árboles, uno de oro y otro de plata que desprendían luz dorada y argenta respectivamente. Su nombres eran Laurelin y Telperion. Tal era la luz de estos dos faros que iluminaba casi toda Arda. Una maravilla, un gozo, un orgasmito ver esos luceros. A los seres de la oscuridad no les hacía tanta gracia, pero los demás estaban encantadísimos. Es lógico. Qué gran fortuna la del nacimiento de los dos arbolitos.

Pues no. Una cutrada cansina grande como un cachalote obeso. Tengo pruebas. Sí, sí, tengo pruebas de ello … y sin necesidad de ir a Pijilandia, perdón, Valinor. Dadme tiempo y lo demostraré ante este jurado,... digo lectores con criterio.

Hace unos meses tuve mi particular batalla contra la oscuridad. Anticipo que gané yo. Las tinieblas amenazaban parcialmente el mundo donde se crean mis sueños, la habitación donde está mi cama, y aunque estos prefieren la ausencia de luz para una mejor proyección, el riesgo de partirme las espinillas al acceder a mi lugar de descanso habitual me disuadía de que esa situación se perpetuase en el tiempo. Por otro lado, si las pelusas que habitan bajo mi cama habiendo luz se reproducían a un ritmo alarmante, con total oscuridad se pasarían el día, bueno la noche, de constante orgia. Al final, seguro que me echaban de casa como si fuesen una manada de critters.  

Concretando, se me fundieron las bombillas que tenía en la lámpara del techo y tuve que reemplazarlas. Pero no tenía dos iguales, sí dos diferentes. Una emitía luz blanca y la otra amarillenta. ¿A qué ahora todo comienza a tener algo más de sentido? Estoy seguro, muy seguro, que si algún freaky (de esos que desearán encarecidamente mil muertes para mí a la conclusión de este escrito) lee esto, está pensado en hacer lo mismo, poner una bombilla de cada tipo y hasta puede que le parezca la ocurrencia más genial que ha oído en mucho tiempo. ¡¡¡Menudo “colgao”!!!, dicho esto desde un profundo respeto, obviamente.

Dada mi carestía de bienes lumínicos y que una bombilla no era suficiente herramienta para mi lucha contra las tinieblas, pues estás distaban mucho de parecerse a las aguas de Galadriel (esto es para contentar a los freakies y apaciguar su futura irá), unas agüitas que emitían una luz y FrodoBolsón (el protagonista de “El señor de los anillos”) uso a modo de linterna guardándolas en un frasquito trasparente, decidí poner esa curiosa combinación en blanco y amarillo orín en el techo de la habitación. He aquí como quedó:



Tarde unos días en darme cuenta de un curioso fenómeno, días y noches para ser más correctos. Alego en mi favor que al despertar y la hora de invadir la cama, únicos momentos en que hacía vida consciente en la habitación, mi lucidez y sentidos andaban algo mermados.



Primero era una sospecha de que algo iba mal. Pensaba que era mi vista que estaba cansada o, peor, que esta había sufrido una degradación física. Luego, me invadió una sensación algo más inquietante, como de una presencia extra en aquella estancia. Tranquilos, os adelanto que nadie de Valinor se me había metido en el piso de polizón, sobre todo porque evidentemente no tiene la clase ni categoría suficiente que precisan en su hábitat. Mi casa les podía atraer tanto con a Victoria Beckham una ristra de ajos … españoles.



Pasado el desconcierto inicial, invite a la razón a intervenir y me puse a analizar que ocurría. La sensación era de que los volúmenes de las cosas estaban alterados, como si todo estuviese deformado pero sin realmente ser así. No es fácil de explicar. Creedme cuando os digo que me generaba una sensación de inseguridad y vulnerabilidad. El mundo había variado ligeramente para mí en esa zona de mi casa. Creo que lo describiré un poco mejor si digo que era similar a ver a una película en 3D (las cuales aborrezco, pero esa es historia que será contada otro día) sin gafas y donde los focos no son demasiado potentes. Eran bombillas viejas, de pocos vatios, que no bajo consumo, quizás por eso era más una sensación interna que de los propios sentidos. Publico unas fotos que serán más ilustrativas que mis torpes palabras.




Finalmente concluí que eran las dos jodidas bombillas. Satisfecho mi intelecto y despejado el misterio, ahí las dejé.



En honor a la verdad (ufff, qué humos de intento de grandilocuencia tiene esté comienzo, coño, parezco un político), he de decir que los árboles de Valinor no estaban siempre resplandecientes a la vez. Cada uno brillaba siete horas y descansaba cinco. Estaban desfasados formando un ciclo de luz de doce horas entre ambos. Había dos momentos, dos horas, donde la luz que emitían de ambos (a media potencia) coincidía y se producía el mismo efecto que en mi habitación.



Lo de los arbolitos de Valinor, es muy bucólico muy bonito, pero un autentico coñazo. Ahora luz clara, ahora luz amarilla, ahora todo con dobles sombras y a ver como si estuvieses borracho o componiendo “Lucy in skywith diamons”. Ningún momento de oscuridad para dormir un poquito a gusto. Lo siento, pero no me mola Valinor. Lo he dicho. Tolkien tiene muchas cosas buenas, pero con los arbolitos la cago un poco, mejor dicho, la cagó miserablemente. Menuda chorrada que se le ocurrió. Seguro que en su casa no tenía una iluminación tan peculiar como la que se inventó. ¡¡¡Papanatas!!!


A estas horas todos los freakies que hayan leído hasta aquí ya habrán desenvainado sus espadas imaginarias y estarán preparándose para proporcionarme una constructiva paliza. Lo siento chicos… y chicas (que también las hay), aquí el amigo J.R.R. no anduvo fino, desde mi punto de vista, y no me haréis cambiar de opinión ni aunque me apuntéis con una estrella de la muerte.

Espero que, además de para hacer nuevas amistades, esta haya sido una entrada instructiva para la vida real. Finalizo con un video de un grupo, “La dama se esconde” que gustan mucho y que eran freakies antes que los freakies existiesen y se popularizase el termino americano. Esta gente cantaba a la Tierra Media de Tolkien en los 80.



Ya está se acabó, sí, eso era todo.

Sed buenos, mis tesssssssssssooooorosssss.


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Hello people.



Hi girls !!!



I am a fan of fantastic stories. I like the magical worlds and science-fiction. Yes, I can tell you a little secret. I can whisper it… “I am a freaky”. Shhhhh.



Sometimes I dream to be a gallant and brave paladin that keeps you safe of this mad world. Only you are important. My life has no meaning without you.

I am your paladin and you my lady...



Do you want to see my sword? Or better, my huge lance?...







 Charmed kisses.


14 comentarios:

cachos de vida dijo...

Cuando era joven me gustaba la literatura fantástica, basada en hechos históricos, de aventuras...Pero hoy me gustan cosas más reales. Un poco avergonzado tengo que confesar que ni siquiera he leido EL SEÑOR DE LOS ANILLOS.
Muy buena tú entrada.
Un abrazo.

Uno dijo...

disancor
"El señor de los anillos" es un libro interesante, pero no imprescindible. Sí te apetece algo suave de esta temática, te recomiendo "el hobbit".

Los gustos cambían y es bueno que sea así pues nos permite enriquecernos más.

Saludos

cachos de vida dijo...

Te deseo un feliz fin de semana.
Un saludo.

Fiebre dijo...

El hobbit es una pasada.
Y dado que me he leído todo todito lo que comentas, es lógico (me he vuelto una tarada..pero moerna) que me acabe de bajar en formato epub la saga de Juego de Tronos.

En serio, Uno. Todo el mundo coincide que es la continuación de los mundos de Tolkien en el año 2000. Ya veremos. Yo soy de las que creo lo que veo...o leo.

En cuanto al resto ¿Qué quieres que te diga? Me has avergonzado.

En mi salón he hecho lo mismo que tú ¡pero voluntariamente!, cosas del "pecunio y los precios de las bombillas bajocoste...y ahora mismo te escribo bajo los efectos del LSD (metafora) de una amarilla y otra blanca viendo un Barca- Atlético de MAdrid y flipando en colores...
(Como me llames friky te caneo).

Daniela Haydee dijo...

No me parece una entrada friki más bien instructiva para los que como yo pasamos de la literatura fantastica de Tolkien (aunque ahora me desmarque de vez en cuando con un librito del género, Tolkien me recuerda tanto a mi, que leerle es aburrirme de mi misma... Sí, probé con El Hobbit, pero no pude).

Lo del efecto de las luces disparejas... ¡Sensacional! En el trabajo tenemos luces amarillas y blancas, pero no he notado nada extraño hasta el momento, y mira que me gustaría que los objecto adquirieran relieve.

Lo de llegar a la cama de tu habitación está fácil, lánzate desde la jamba de la puerta y aterrizas seguro, controlando la distancia.

Está bien esto de la mitología nórdica, en todas partes hay buenas historietas.

Saludos desde tu pueblo.

Uno dijo...

disancor
Ten una gran semana.
Saludos

Fiebre
No sabía que tuviesemos tanto en común. Freaky no te llamare ... como mucho Friebry :-)

Lo de Juego de tronos es algo que tengo pendiente. No sé si leerme antes la saga. Me han hablado muy bien al respecto.

Besotes

Daniela Haydée
Si que es una entrada muy freaky, pero ya sabes que me gusta soltar algo de culturilla de vez en cuando de las cosillas que sé.

Yo hasta para ser freaky son raro :-)

El hobbit está muy bien, deberían intentarlo de nuevo, quizás con el paso del tiempo tu optica ha variado y le encuentras el gustirrinin.

Saludos desde tu tierra

Larisa dijo...

Jo, maifren, he 'volvido' y quería decirte cosas bonicas, pero ej que me pasa como a Disancor: no he leído la saga.

(Para compensar, he leído el Códice Calixtino, pero eso es un secreto).

Eso sí, la canción de La Dama Se Esconde me la pido para la banda sonora de esta vida.

Besicos de paseo.

Atta Rehman dijo...

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Uno dijo...

Larisa

Larisa, bienrevuelta seas. Contigo este mundo etéreo de los bits es "más mejor", bueno, al menos más alegre.

Le algo de Tolkien no es imprescindible, pero si da un poquito más de culturilla freaky que nunca va mal.

Besacos de sentada

Uno dijo...

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I am happy. You read me... I sorry, I would want to say, you spam me from Pakistan. Never nobady spams me from there.

I, from my house, don't make you "ni puñetero caso".

Go to "cascate it".

Cheerks

cachos de vida dijo...

Feliz fin de semana.
Un abrazo.

Uno dijo...

disancor
Ten una buena semana.
Saludos

cachos de vida dijo...

Feliz fin de semana.
Un abrazo.

Uno dijo...

fliapada total
:-)

disancor
Ten una gran semana.

Saludos