jueves, diciembre 31, 2009

Uno menos



Día 31 de diciembre de 2009, 7:24 de la mañana. Como cada día laboral uso el tren para desplazarme a Barcelona donde suelo trabajar. Apenas comenzado el trayecto, se oye el chisporroteo de la electricidad estática por la megafonía que precede a las palabras de una voz inexperta y de explicito escaso de habito en la comunicación de información al público. Sin excesivo interés en corroborarlo, supuse que debía pertenecer al maquinista.

Atención señores viajeros, debido a un arrollamiento entre la estación de La Llagosta y Moncada este tren permanecerá detenido en la estación de La Llagosta durante 30 minutos aproximadamente. Rogamos disculpen las molestias”.

Nada más concluir el mensaje una señora soltó “el otro día porque los trenes iban mal y hoy esto…”.

Oído esto, comencé a escribir las líneas que ahora leéis.

El espontaneo e indolente comentario de la señora es un reflejo de la sociedad que componemos. Un conjunto de individuos egocéntricos a los que sólo les importa lo propio y lo que afecte a su entorno. Para todo lo demás se practica un aséptico desdén.

Nos preocupa tan sólo lo nuestro o lo que pueda alterar a la gente que nos es afín. Se destierra del campo de nuestros sentimientos todo cuanto directamente no nos influya.

Alguien, seguramente con un drama tras de sí, decide quitarse la vida antes que asome el sol por última vez en el año. Un ser humano prefiere sufrir la brutal envestida de un tren de “rodalies” (cercanias), y un más que posible descuartizamiento que finará su existencia, a seguir prolongado su vivir.

Una persona que desprecia, o poco le importan, las consecuencias que su acción tendrá en los viajeros de los trenes de las siguientes horas. Pasajeros que generalmente han tenido que abandonar el calor de su cama y alejarse de su familia para resignadamente realizar la última jornada laboral del año. Un ser que no ha pensando en el pesar que producirá su muerte en quienes le conocían. O quizás sí. Quizás, eso motivase e incentivase su decisión.

Ese alguien anónimo, hombre o mujer, joven, adulto o anciano, estaba en todo su derecho de dar término a su vida. Tampoco se le puede exigir, a quien resuelve escindirse del mundo, coherencia y postrero acto de consideración hacia los demás, hacía todo lo que ha inducido a suicidarse.

En el tren, a los clientes de ADIF (la antigua RENFE) poco les importa quién era. Seguramente nadie llegara a conocer de quien se trataba, ni su historia. Les molesta el retardo que sufren para cumplir con la monotonía de sus vidas, esa que su vez les fastidia y les asfixia.

La media hora de espera, finalmente, es más escasa de anunciado. El tren reanuda la marcha y la vida sigue su incesante fluir. Continúa para todos,… menos uno.





==============



Hi people.

Hello girls.

Today a year ends, a year dies.

But don’t worry, don’t afraid dear girl.

You have a last opportunity of to travel far away.

You still can ride on me. I am the best vehicle to follow the sweet way of love (savage sex).

Together we reach until last aim of pleasure.

Came on, come with me.

I promise you twelve “dusts” before midnight.

Wet kisses.

Happy new year!


lunes, diciembre 07, 2009

Crucero para escolares



No es que sea un premio (o quizás sí, según se mire), es un titular tramposo para encabezar unos cuantos párrafos sobre un tema: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos falla favor de la retirada de los crucifijos en las aulas de los colegios públicos.

Seguramente alguno no habrá pillado la “broma” de titulo, otros pensarán que es un chiste entre malo y pésimo. Tengo al menos el consuelo que mis compañeros de trabajo y conocidos están libres de espanto, pues suelo torturarles reiteradas veces con estas muestras de mi estilo de humor. Bueno, generalmente las tonterías que digo son mucho peores. Un sencillo ejemplo, para apalearme sería:
- ¿Qué pasta comen los escoceses en memoria de las flechas del lago Ness?
- ¿...?
- Mac-arrow-ness.

Siempre hay un alma inocente que pregunta sobre cuáles son las flechas de ese lago. Luego se lamenta de no poseer unas cuantas de esas flechas y un arco para probar su puntería con el autor de tal estupidez.

Volviendo al crucero, o sea, a las cero cruces en las escuelas.

El asunto, así en pocas palabras (esto es una total mentira, soy incapaz de decir nada en pocas palabras, pero queda bien ponerlo), parte de un recurso interpuesto por una señora finlandesa afincada en Italia sobre la presencia de cruces en las aulas de un colegio estatal donde estudiaban sus hijas (si lo has leído en voz alta y aun tienes aliento, oye, presentate al campeonato inmersión a pulmón libre). El Tribunal Europeo de Derechos Humanos le ha dado la razón en pos de la libertad de religión.

A los italianos la cosa no les ha gustado demasiado. Al Papa menos, como que le está fastidiando el negocio. Y a Berlusconi,... ¿qué más da lo que piense ese Cesar Imperator de plástico? No está el buen juicio en entre su haberes. Ni el bueno, ni el malo, ya que los suele eludir.

Quien ya me conozca un poco y/o me haya leído en alguna ocasión, tendrá facilidad para intuir mi opinión al respecto.

Soy ateo por reflexión, convicción y fe (en mi reflexión y convicción). Ello no significa que no respete a quien quiera seguir cualquiera de la gran variedad de religiones que hay por el mundo y resto del Universo. Cada cual es libre de creer en lo que quiera... siempre que no incordie a los demás. Vamos, que por tener fe en algo no joda a los demás ni les imponga nada.

A mí las religiones ajenas que me gustan son las interiores.

Hace unos días hablaba con una compañera de trabajo ( hola, un saludo, “Zhu” :-P ) sobre esto y la “navidad” (sé que se ha de poner la “n” mayúscula, pero como es mi blog me tomo la libertad de negarle ese honor como reflejo de mis creencias o manías personales). A ella le gusta la “navidad”, la vive y la disfruta. Le encanta lo que significa y compartirlo con su familia y allegados. Yo, en cambio, que soy muy soso y espartano (no espartano de Esparta, sino por seco y falto jugo, como el esparto), aborrezco esas fechas y toda la parafernalia que traen consigo. Ella hablaba de ilusión y yo de montaje y mercadotecnia (que es la forma más castellana de decir “marketing”). Ella de sentimientos y yo falsedad e imposición. Al final, poniéndonos serios, ella me dijo que no le gustaría vivir el día en que no existiese la Navidad (va, esa “n” grande la concedo por ella). Yo, más borde que House (M.D.) ante los familiares de un paciente, le respondí que esperaba vivir el día en que la “navidad” (esa va por mi) perteneciese al olvido... y que sería feliz con ello. Son maneras diferentes de pensar y sentir.

Entre las muchas cosas que dije, algunas tonterías, que uno es cabezón y debate y argumenta con lo que sea, hubo una que fue una gran fanfarronada, pero cada vez que la recuerdo me parece tiene más sentido. La burrada era que la “navidad” debía de celebrarse en establecimientos y locales acondicionados debidamente para ello, lo mismo que el futbol (otra religión social), y no dar la tabarra con luces y villancicos en lugares públicos, a quienes ni nos gusta ni nos apetece sufrir toda esa obstentosa manifestación agresiva hacia otras creencias.

“Navidad” (grrr, porque es a principio de frese, que si no…), cruces es lo mismo a diferente escala y en distintos ámbitos. Sea por tradición o por gusto mayoritario, es igual, es injusto, hay gente que no se siente representada por ello y no merece ser expuesta a tales símbolos sin su consentimiento. Como dicen los de Estrasburgo, la una y los otros, vulneran nuestra libertad de culto.

Qué diferente sería si en las aulas en vez de crucifijos hubiese publicidad de Coca Cola, Ferrari... o de Pato WC. Está claro que no gustaría.

Podría añadir un “no con mi dinero”, porque no deja de ser un gasto público de todos para el goce de unos muchos, pero limito a lo expuesto.

Para acabar, un video musical que tiene que ver de refilón, el origen de la polémica ( y que, por cierto, le gusta mucho a “Zhu”, ah y de regalo este enlace :-) ).



========================

Hello people.

Hi girls.

Xmas is near. Lights and Chrismas carol are everywere.

Baby, you don’t have to wait until 25 th of December to get your special gift.

Yes, you take it now.

Your gift will be a very special night with me.
Let me tell you the plan.

I will fill my house with candles. Soft lights and intimate music.

I will tie you to my bed by the wrists and ankles with scarves of silk, then I will cover your body with kisses and caresses. Finally, I stab my spear burning into you… again and again until you reach the Paradise.

You never can to forget that night.

I leave you in advance this song, I hope you like it.