miércoles, noviembre 14, 2012

Previsiones, necesidades y mucha mierda




Suelo ser una persona previsora. No me gustan las sorpresas. Si vieseis ahora mismo mi despensa  (es decir, mi acopio de productos varios necesarios para la subsistencia), que  está repartida por distintos huecos del piso, es posible que os sorprendiese la cantidad almacenada de cada producto. Por poner algunos ejemplos (tened en cuenta que vivo solo)
   - 24 tetra-brick de leche
   - 40 paquetes de galletas de 100 gramos
   - 24 latas de refresco de cola
   - 6 litros de gaseosa
   - 12 rollos de papel de cocina
   - 30 rollos de papel higiénico extra largo
   - etc...

Creo que soy previsor y acumulador porque suelo sufrir falta de acción o pereza. Me explico mejor a continuación.

En el cuarto de baño es donde guardo el papel higiénico, bajo la pila, encima de un armario pequeño. El lugar queda enfrente de la taza del vater, de modo que las existencias de tal bien de primera necesidad  quedan ,inevitablemente, a la vista.

Cuando tengo que ejercer mis funciones excretoras de sólidos (cagar, dicho de forma más resumida), siempre me encuentro enfrente a mis reservas. Semana a semana veo como van disminuyendo, como cada vez se va reduciendo lo que tengo y siempre pienso tengo que ir y comprar más, pero nunca lo acabo haciendo.

El día que no hay más rollo que el que cuelga en la pared, ese pensamiento duele porque aunque tengo la certeza de que la necesidad es imperiosa y que es urgente que haga algo, soy también consciente de que me olvidaré, de que pasaré y que ocurrirá lo que no me gustaría... Aun así, albergo la tenue esperanza de que por magia o divino milagro (y eso que soy ateo hasta en las pelotillas del ombligo) se solucione y no pase.

Y llega el fatídico (y fétido por añadidura) día. En la pared sólo reposa un reseco tubo de cartón. Ha pasado, ya no estás a tiempo de hacer nada, ahora sólo puedes sufrir las consecuencias, seguramente empeoradas por tienes que hacer algo importante e urgente, ... y no puedes, ya no puedes, porque estás sólo en esto.

Todo se ha trasformado en una gran mierda...

Hoy hay huelga, Huelga General, una nueva oportunidad para hacer algo antes de que se acaben nuestros derechos. Antes de que todo se vaya a la mierda.

Cuando digo "algo" no digo hacer huelga, yo sí la hago, pero es mi decisión. Con "algo" quiero decir expresar de alguna forma nuestra indignación y desacuerdo por la situación que estamos viviendo y por las pobres y clasistas soluciones que se están tomando para intentar poner remedio.

"algo" puede ser ir a una manifestación, hacer huelga de consumo, no comprar en grandes superficies, donar alimentos al banco de alimentos, colaborar con una ONG, cualquier cosa que ayude, que rompa nuestra perezosa rutina.

En mi caso particular, como he dicho, realizo huelga y sufriré un latigazo económico. ¿Qué le vamos a hacer? Saldré un poco menos, abarataré mi ocio, acortaré gastos para que me sea lo más leve posible su impacto.

Esta tarde asistiré a una manifestación... Pese a que la convoquen los sindicatos. Pese a que puedan usar mi asistencia en favor.  Pese a que no soporte a los imbéciles que tiran petardos y que no conocen otra forma de expresión que el ruido y el estruendo. Pese que odie a los plasta con megáfono y menos originalidad que los Milli Vanilli. Pese a que me duelan los pies (creo que tengo un juanete en desarrollo más "tocahuevos" que la prima de riesgo). Pese a que acabe agotado.  Pese a todo eso y más, iré.

No me gustan los sindicatos. No me gustan los actuales sindicatos. Me no me gusta compartir calle con ellos, procuraré guardar las distancias, pero en este caso el objetivo que nos une  es común, y el "enemigo" (sin contar los policías con feos tics nerviosos en el brazo que sujeta la porra) no pisará nuestro mismo asfalto que nosotros. Estará lejos resguardado tras sus despachos, tras sus fuerzas del orden, tras su medios de comunicación, tras su poder económico, tras nuestra debilidad, nuestra fragilidad, nuestros miedos. Pero poco a poco nos podemos ir acercando, primero que nos cuenten, aunque digan que somos una decima parte de los que somos. Luego, que oiga nuestros gritos, qué escuchen que decimos. Que tome conciencia de que somos nosotros quienes le mantenemos. Que las cosas pueden y han de cambiar.

Me desviado de tema que quería abordar. Decía que no me gustan los sindicatos actuales, más bien, no me gusta la gran mayoría de la gente que los componen, no me refiero a los socios de base, si no a los sindicalistas. Aquellos que forman parte de un comité de empresa y "nos" representan.

Conozco individuos (sindicalistas) y ninguno tiene nada de bueno. En general, se pueden dividir en dos grupos, que,  en ocasiones, pueden fusionarte en uno sólo.
- Está el típico vociferador, de gran ego y pequeño cerebro, todo impulso, nada reflexión, que se ha metido en un sindicato para enmascarar ganas de bronca y aliviar el ansia y anhelo de alguien le preste un poco atención.  
- Está el listo que se apunta por las ventajas de formar parte de un comité, menos trabajo, más protección, cierto poder y ciertos beneficios. Sólo se preocupa de si mismo y de su culo. Como mucho hará el paripé de que le preocupan los demás.

Desteto a esa gente que se creen la voz de la razón, sin más razón que la de ellos mismos lo creen. Esos que se quieren imponer y limitar tus libertades. Esos de insulto fácil y presta violencia. Esos que son los primeros en formar piquetes violentos. Esos que blandiendo la excusa del derecho a la huelga limitan el derecho al trabajo. Porque hacer huelga es una decisión personal y cada uno tiene sus motivos y razones para decidir sí hacerla o no. Y qué donde no lleva el discurso moderado e informativo para intentar modificar una opinión no llegará nunca el insulto, el golpe o el empujón.

Una cosa tengo clara. La proporción y distribución de imbéciles, botarates, descerebrados y caraduras no atiende a edades, sexos o demográficas. En todas partes hay el mismo número. Aunque es posible que el poder los atraiga como la mierda a las moscas. Sí, esta está siendo una entrada en el blog muy escatológica. Siento usar este triste recurso enfatizar el texto y darle más potencia.

En el gobierno, en las direcciones de las empresas, en los bancos y en cualquier otro grupo de poder están, pero también se encuentran en los sindicatos, organizaciones sociales y el pueblo en general. De indeseables andamos sobrados.

Me gustaría acabar con un mensaje positivo, pero no lo voy a hacer. Voy a traer de nuevo a vuestras mentes una incómoda imagen.

Se está acabando el papel, lo estás viendo. Haz algo antes de que todo sea una gran mierda y no te la puedas quitar de encima.

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Hello people.

Hi girls!!!

Oh!
Shit!!!  
Running out toilet paper!!!

Better, I write another day. Arggg,

Kisses, kisses,...