Hace algunas entradas en "Solo ante la taza"
hablé de un tema poco grato y bastante impopular: los meados. Más concretamente
era sobre la complejidad que conlleva para el homo sapiens sapiens macho
expulsarla de su cuerpo sin arriesgarse a un detrimento en su consideración
social. Es decir, lo "jodio" que es acertar dentro de la taza del váter.
El texto de hoy también versará sobre
la "agüita amarilla", a la cual cantaban los Toreros Muertos. Lo que
me motiva a retomar el mismo tema es un momento de indecisión y refexión que me
acaeció hace poco.
Trabajo en oficinas donde la gente
tiene sus estudios y, es de suponer, un mínimo de educación social. El aspecto
del entorno de trabajo, salas y pasillos, es moderno, limpio, higiénico. Quiero
indicar con esto que no da la sensación de ser unas oficinas cutres,
descuidadas, dejadas o sucias. Todo lo contrario, invitan a mantener ese
aspecto pulcro, pues cualquier irregularidad en forma de suciedad o basura
sería tan llamativa como Belén Esteban
presentando de los premios Nobel.
Hay tres lavabos en las oficinas. Uno
para las chicas con tres tazas de váter separadas por mamparas (esto me lo han
contado, yo jamás osaría...), otro para los chicos con otras tres tazas de váter
organizadas de igual manera (... y aunque no me lo hubiesen contado tampoco era
muy complicado de deducir) y uno para minusválidos (que antipática es esta
palabra) con una única taza de váter, que cómo lo usa todo el mundo se puede
considerar que es mixto.
Sufría yo una de esas necesidades (de
evacuación de líquidos) que te obligan a desplazarte a un lavabo para
satisfacerla, por lo que me dirigí al mixto, pues su proximidad lo hacía idóneo
para aliviar de forma más inmediata el estado de mi vejiga.
Una vez dentro, observé que los
alrededores de la taza del váter el suelo estaban ricamente adornados con un
charquito y algunas gotas extras de regalo de lo que tenía todo el aspecto de
ser orina. Grrr. Houston, we have a problem.
Aportaré información adicional para
trasladaros mejor mi visión de la situación. El lavabo en cuestión está formado
por dos estancias cuadradas del aproximadamente el mismo tamaño. Una contiene
el espejo, jabonera y lavamanos. La otra, la taza de vater, el papel higénico y
la papelera. Para acceder a la segunda primero hay que pasar por la primera.
Ambas puertas de acceso son correderas.
Bien ya tenéis más o menos visualizado
el escenario, para completar el cuadro añadid ahora unas paredes y suelos
forrados de gres negro mate y un gran espejo sobre el lavamanos. Modernillo y
elegante.
Se planteaba ante mí una difícil
disyuntiva. Disyuntiva triple donde cada opción de la elección venía respalda
por un pensamiento:
- Salgo y voy
al otro lavabo. "Yo no meo aquí con 'peazo' charco y esos goterones por el
suelo."
- Meo y me
piro. "Bueno, si no lo piso tampoco pasa nada. Yo con hacer diana y no
extender la guarrada he cumplido mi cometido que es deshacerme de MI
urea."
- Lo limpio y
meo. "Joder, si salgo ahora y me ve alguien pensará que he sido yo quien
ha dejado la muestra de orina. Venga ánimo, con un poc... con una buena
cantidad de papel higiénico se puede limpiar. Es sólo liquido. Un poquito de
cuidado y mucho de mentalización y todo resuelto. Además habré hecho una buen
obra social. ¡Soy mejor que el guarreras que ha dejado marcado el
territorio!"
Había una cuarta opción que era
limpiar y salir, pero esa carece de toda lógica y hubiese sido sumamente
estúpida. Yo había ido a echar una meadita, no a optar al premio samaritano del
año.
Elegí la opción más laboriosa, la de
limpiar los restos ajenos con un poco de asco y mucha paciencia para luego
depositar los míos dentro de la taza con la precisión de un cirujano (de los
buenos).
Esta experiencia la he vuelto a vivir
varias veces, todas con la misma solución. Al final, asumes la idea de que aunque dé rabia tener
que limpiar lo que otro ensucia, no es tarea tan ardua cuando te despojas de
los ascos hacia las excrecencias ajenas. No es que vaya a formar un club de
fans de ellas, pero tampoco es para tanto.
Una reflexión al respecto. Toda la
mala fama y detrimento que tienen nuestros residuos están más basados en un
repudio social aprendido más que en un peligro o daño patente. Pongo un
ejemplo, si te manchas con Coca-Cola o salsa romesco, para que sean un ejemplo
líquido y otro más consistente, es tan perjudicial (para nuestras ropas) como
si la impregnación se hubiese realizado con nuestras sustancias expelidas (pis
y caca). Cierto que los olores del ejemplo son más agradables, podríamos pensar
entonces en gasolina y sebo (el de las persianas correderas), en este caso la contundencia
del daño causado es mayor que si fuese con nuestros pocos populares
protagonistas.
Otro pensamiento adicional. Dentro de
los pipis y las cacas hay categorías. No todos son iguales. Nuestros propios
residuos, y con nuestros me quiero referir a los que salen de cada uno, tienen
una impunidad que no le daríamos nunca a los ajenos. Pese a contener, en un
porcentaje altísimo, la misma composición, los nuestros son siempre mejores,
bueno, menos malos, y los ajenos los elementos más asquerosos del Universo
universal. Es tan curioso esto que si hacemos un lista por orden de menor a
mayor desagrado de deshechos corporales e incluimos en ella al reino animal
esta sería:
- excreciones
propias
- excreciones
de familiares y/o pareja (queridos)
- excreciones
de animales de cualquier tipo
- excreciones
del resto de seres humanos
- excreciones
de familiares y/o pareja (odiados)
Supongo que muchos no estaréis de
acuerdo con esta lista, es natural y lo admito, cada uno tiene su propio sentir
respecto a las materias fecales, pero yo creo que no anda muy desacertada en
general.
Acabo ya con este tema de mierda ... y
orina, con una última meditación. Hace unas semanas salieron en la prensa las fotografías
de unos soldados americanos miccionando sobre unos cadáveres de combatientes afganos.
Al mundo entero sorprendió e indignó semejante acción. Prepotencia y
humillación sobre unas personas fallecidas, muertas, matadas, asesinadas...
Personalmente, me pareció más grave el hecho de que no tuviesen vida a que
fuesen regadas con meados de yanquis, por muy asquerosos que estos puedan
parecerme. Vale, qué es algo habitual en una guerra, lo de matar (sí, en las
guerras también se orina, pero la costumbre suele ser no salpicar a nada ni
nadie), que las muertes son comunes e inherentes a los diversos
enfrentamientos, pero que el hábito o lo habitual, no nos haga perder la
magnitud de la importancia y tragedia que conlleva cada vida se extingue.
Detesto las guerras, la violencia y el caos destructivo que le acompaña.
También los monstruos que crea, seres que se creen dioses con impunidad para
cometer cualquier atrocidad sobre los demás. Orinar, humillar (vuelvo a
recalcar la repulsa y especial significación que se les dan a muestras
excrecencias) a las personas está mal, es reprobable, pero matar a mi juicio es
peor y más drástico.
Dicho esto, os dejo un deseo y una
petición.
Qué la suerte os acompañe y no sufráis
la estela que dejan aquellos que andan mermados de puntería a la hora de verter
sus orines en un váter y que además carecen de la educación, respeto,
responsabilidad y sociabilidad para
limpiar su el estropicio producido.
Qué si por algunas circunstancias de
la vida se os escapan unas gotitas, o unos océanos, fuera de donde deberían
haber quedado contenidos, limpiadlo, por favor, hay mejores formas de desafiar
a la Historia intentado dejar una huella que os recuerde.
Hasta la próxima entrada... cuando
quiera que sea.
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Hello people.
Hi
girls !!!
Boys,
I am angry. You must be more careful.
You
have to improve your accuracy. Do you remember Robin Hood? Do you remember
William O'tell? They always got his target. You must do the same. When you go
to W.C., you have put all your pee into the cup of vater. Out not! Inside. No
more wet floors full of unine drops. Do
you know? Do you understand me? Entendiste, amigo?
Girls.
Don't worry. Everything is solved. Now the boys will be true gentlemen and they
will not splash the W.C. You will sit quit. All is right.
I
am happy to help you.
Wet
kisses.
Oh,
no ,no. Wait, wet kisses, but not wet kisses of pee, no, this never.
Kisses,
only kiss...
...uhmmm,
regards.