viernes, abril 18, 2008

Yeux bleus


He llegado a casa hace nada o menos, y aun estando sin comer todavía, he de escribir este texto. Pasará por delante de otros que llevo tiempo dándoles vuelta en la cabeza sin acabar de volcarlos al PC. He de hacerlo antes de que las sensaciones se difuminen y el olvido erosione los detalles.

He vuelto a casa en tren, como casi cada día. Lo he cogido en Sants Estació y su destino erá La Tour de Carol.

He tenido la suerte de encontrar asiento al lado de una puerta. Estos trenes de los viernes suelen ir cargados de estudiantes que pasan la semana en Barcelona y los fines vuelven a sus casas familiares.

Como suelo hacer, últimamente, cuando viajo en tren he sacado el guión de la obra que estamos preparando y me he puesto a repasar el primer acto. Esta tarde hay ensayo.

Mi forma de estudio consiste en ver las últimas palabras de la entrada anterior de otro personaje y repetir en voz alta (sin que se oiga demasiado) mi texto varias veces, buscando la forma de decirlo y la entonación que me parezcan más adecuadas para la representación. Cualquiera que me observe un poco debe pensar que estoy chalado. Un tipo que mira un papel, levanta la cabeza y repite varias veces unas frases (a veces con los ojos cerrados) como si fuese un mantra. Lo cierto es que este proceso me ensimisma mucho y aísla de lo que ocurre en el vagón. El tren se para en las estaciones sin haberme dado cuenta de que ha ocurrido entremedio o el tiempo transcurrido.

En la siguiente estación, Plaça Catalunya, ha subido mucha gente y todos los asientos han quedado cubiertos. Una chica ha quedado en medio de la zona entre puertas donde yo iba sentado. Llevaba con un petate al hombro y un abrigo tipo cazador algo grande para su estatura. No he podido evitar fijarme en ella.

Tras buscar con la mirada asientos y cambiar varias veces de postura, ha puesto el petate entre el escaso espacio de la puerta y mi asiento y se ha sentado sobre él. Yo caballerosamente he cedido algo de hueco de mi sitio, para que estuviese más cómoda y se sintiese menos encajonada, y ella ha apoyado allí su codo junto a mi “muhztlito”.

Su pelo era negro, muy oscuro, recogido en una coleta. Sus ojos bañados en un azul intenso y profundo. La piel la tenía muy clara y en su cara los pómulos eran marcados. Juraría que su edad no se ha atrevido a rebasar los 30. Era una Audrey Hepburn de ojos azules.

Aunque roto por unos instantes el encantamiento de la lectura del guión, he vuelto a retomarlo con ella de espectadora en la primera fila.

De pronto noto por encima de los ruidos del tren, que medio tapan mis palabras, una voz fina, discreta y suave, apenas audible, que me pregunta algo. La miro… ¡qué ojos! Sus labios son bonitos y graciosos. Al hablar forman leves triángulos como si no quisiesen dejar escapar sus palabras. Realmente, es preciosa, no lo digo por su aspecto, que ciertamente es atrayente, sino por lo que uno puede presuponer, al mirarla, de su interior. Se la ve tan tierna y delicadamente sensual. Me ha conquistado.

Al comienzo no he entendido nada de lo que decía. He tendido que acercar mi oído a ella. Era francesa y su tono de voz tremendamente seductor.

- ¿Es difícil estudiar en el tren con tanto ruido? - era su pregunta.
- Es difícil memorizar el texto, es mucho - respondo.
- ¿Es teatro? – se interesa, yo respiro aliviado… ¡no me ha tomado por un loco que habla sólo!
- Si, es el guión de una obra. Me estoy aprendiendo el primer acto.
- ¿Estás en un grupo?
- Si hemos empezado hace poco con esta obra. Es un grupo amateur.

[Espacio de plublicidad: no olvide vistar la web de ATROTE (
http://atrote.coolpage.biz/) el grupo de teatro amateur del que formo parte. ]

Ella asiente. Yo vuelvo a mis líneas, poco concentrado y pudoroso de seguir repitiendo mis frases. Me apetecería hablar más con ella pero me puede la timidez y el hecho de que sea francesa me ha dejado algo más cortado.

Seguramente, si hubiese no estado tan agotado hoy, le hubiera cedido el asiento, pero entre la falta sueño acumulada y los estragos de haber ido ayer al gimnasio tras dos meses de ausencia, no podía con mi cuerpo ni casi con mi consciencia.

Mi parada está proxima y guardo el guión. ¿Se bajará en la misma? ¿Seguirá en el tren? Dejo que advierta que yo sí desembarco.

No, no se baja. Apuro hasta el último instante, mientras la gente baja, para levantarme del asiento y asegurarme que nadie se lo quita. Se sube a él mientras la miro por última vez. ¡Que ojos! Ella pronuncia un delicado “Adiós”. Yo me giro hacía la salida y ya sin mirarla le saludo con la mano.

Tras el primer paso en tierra, ya la echo de menos y lamento por mi inoperancia. Que tonto y torpe soy con las mujeres. Lo peor de todo es que yo mismo me he cerrado las puertas. Me cautivaba muchísimo… y, seguramente, no la volveré a ver nunca.

…aunque quizás el próximo viernes.


Intentaré coger el mismo tren, primer vagón, primera puerta.

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Today when I came back to my house in train I known a pretty women. I am sure that she has fall in love when she looked me. I was studied my theater script and she asked my some trivial question... everybody can deduce that she only wanted sex with me, but the train arrive to my station and I have had to down. Well, tonigth she will dream with me...

Pretty blue eyes girl, if you are reading me don't cray, don't worry perhaps another day we will travel in the same train again.

5 comentarios:

Ojo del silencio sabio dijo...

He observado la escena desde el asiento de enfrente...la chica se moría por repasar contigo el texto...Hay que ver qué poco ojo tienes para las mujeres :)

Uno dijo...

ojo del silencio sabio
Realmente haces honor a tu nombre.

Has sido el ojo que me ha obserbado.
Fuiste el silencio construido con todo lo que no me dijiste, repleto de palabras mudas huerfanas de sonido.
Eres la sabiduria del que mira desde la distancia y puede contemplar todo el conjunto y nada se le escapa.
Te respeto y me parece muy bien tu actitud y filosofía... pero otro día al menos hazme una seña al menos, so jodio. ;.)

Saludos

Anónimo dijo...

Tío, se acerca la primavera, y luego el veranito, si nos enamoramos así de todas las tías an las que por algún motivo (belleza, escote, culo, escote, ...) nos fijamos cuando vayamos en transporte público, o mismo por la calle, por no hablar ya de la playa...
Puahh, neng! Se nos romperá el corazón cada día...

Daniela Haydee dijo...

Ángeles caen todos los días del cielo (aunque tengan el pelo azabache), quizás la semana próxima Audry Hepburn (nadie es como ella ni por asomo), tengo los ojos del color de las aguas portuguesas...

On est meilleur mettre les moments à profit que regretter de les avoir laissés passer...

Aurevoases varios.

PD: sí,sí, ella te estará esperando el viernes que viene a la hora indicada. Tu mensaje ha sido muy tranquilizador y sabe que aún tiene la oportunidad de arrancarte más palabras...

Uno dijo...

TiralleDoAire
Cierto que estamos expuestos a mucho estímulos externos femeninos y que en breves fechas lo vamos a estar más. Pero hay que distinguir que repercusión producen sobre nosotros. Te pongo unos ejemplos.

Un culo, unos peches, un talle ajustado,… puede provocar una momentánea redistribución de la sangre en nuestro cuerpo y ligera aceleración del corazón.

Una cara, unos ojos, unos labios, un cuello,… puede producir un estado de shock temporal donde el tiempo se ralentiza, el entorno se pone en off y sólo existe el objeto de atracción. Después, cuando el estimulo ha cesado una estela del shock persiste en nuestra mente que se hace la remolona a despertar en mundo nuevamente vulgar.

Hablar con alguien, verla moverse, observar como interactúa, conocerla,… te puede robar la vida, o al menos, tú forma de vida como hasta ahora la conocía.

Saludos

Daniela Haydée
Esta chica era muy terrenal, nada de un angel, porque sino que tremenda desilusión si no tiene sexo.De hecho estoy seguro que cualquier angel cambiaria sin persarlo sus alas por un sexo... Seguiría volando pero de otra forma.

Si ella vuelve, yo también... igualito, mudito avergonzado.

Saludillos